Pedagogía teatral... o de cuando me caí, sin darme cuenta, en la pedagogía teatral tratando de enseñar teatro.

 

     Mis primeras sesiones, como profesora recién estrenada de clases extra escolares o extraprogramáticas de cine y teatro, fueron un compendio de: malabares con ejercicios y juegos actorales, cóctel dramático de impotencias, estreses y "cuatreses", sonrisas y perseverancias. La primera lección consistió (parafraseando la cita de Tomás Motos mencionada por Felipe Sandoval-2010) en aprender que aquel espantoso local no sería un lastre para el aprendizaje, porque aquel era sólo un "lugar donde varias personas (personitas) colaboran conmigo", aquellas personitas querían colaborar conmigo y a partir de este descubrimiento todo iba a ir bien. Mi falta de experiencia en la docencia, mi falta de experiencia y conocimientos en la pedagogía teatral, el espacio, sus faltas de puntualidad, de experiencia o conocimiento teatral, sus faltas de asistencia... Nada de esto era relevante, porque un día feliz lxs descubrí colaborando para que aquella oportunidad funcionase para todxs y eso era lo más importante. El cómo ya lo iríamos descubriendo.

      En lo que se refiere a la importancia del cuerpo, de la que habla el trabajo de Sandoval (2010), la segunda lección que aprendí fue que aquellxs niñxs no necesitaban aprender teatro o cine, sino reconectar sus cabezas a sus cuerpos. Necesitaban ser niñxs y preadolescentes de nuevo. De hecho me preguntaba si algún día fue que lo fueron, porque con los ocho años del más pequeño no entendía por qué les costaba a sus cuerpos o a su imaginación reaccionar. Necesitaban ganar confianza, seguridad en sí mismos, desempolvar su creatividad, su espontaneidad, perder el miedo al error, investigar... En definitiva, todas las competencias que hemos visto se pueden adquirir con la pedagogía teatral, dentro de la rama de acción de la misma que el trabajo de Sandoval identifica como, la tendencia progresista liberal (2010).
Así pues, con este nuevo descubrimiento, reestructuré el contenido de las sesiones y añadí de forma paralela juegos y ejercicios dramáticos encaminados al nuevo objetivo, recuperado por lo que dice Le Breton, mencionado por Sandoval, como: re-concebir el cuerpo como algo más que un mero accesorio y devolverle su valor de perfección en su imperfección, sin necesidad de ser corregido, sino escuchado, comprendido y traducido a lenguaje racional.

     Con la perspectiva que da la distancia, un año y medio después, me doy cuenta que de forma intuitiva he ido cumpliendo los fundamentos pedagógicos mencionados por Marisol Cordero o los objetivos planteados por Encarna Laguna, citadas por Sandoval (2010). Y esta maravilla casual, creo que ha sido posible gracias a mi formación en arte dramático, pues el mismo proceso de desintoxicación cultural y reconexión corporal, conmigo misma, con lxs otrxs y con el entorno, me ha permitido usar competencias adquiridas en esta carrera (escucha, autoconocimiento, creatividad, flexibilidad, sensibilidad, experimentación, investigación...), para haber podido llegar a usar la pedagogía teatral sin tener conocimientos teóricos previos o, más allá, sin ser consciente ni siquiera de ello. Por tanto, esta misma experiencia vital no sólo confirma todos los beneficios y valores teóricos que venimos recogiendo en este blog sobre el teatro (y también demás artes escénicas), sino que los demuestra empíricamente puestos al servicio del aprendizaje y la educación como personas.


     Como educadora no formal en work in progress, ;) puedo afirmar que las personas que colaboran conmigo en su aprendizaje vital progresan muy adecuadamente a pesar del mundo. El trabajo se co-evalúa y se valora al final de cada sesión. Dedicamos casi el tercio de la clase, al inicio, a preguntarnos cómo estamos, de dónde venimos, qué necesitamos..., como buenos personajes inserto en esta sociedad (he de añadir que para llegar a este punto fue de suma importancia el consejo que mi compañero de estudios Francesc Romeu me dio). Cada unx ha encontrado o está encontrando su camino de reencuentro con su creatividad. En nuestro lugar de colaboración no usamos la inclusión de género en el lenguaje castellano, puesto que la mitad del grupo tiene incertidumbres o conflictos con su género femenino, pues lo que para una, resulta ser mejor un "uno", hay otras que están en proceso de identidad; así que he descubierto que el género masculino, aceptado y normalizado en nuestra habla, les brinda el anonimato o la pregunta para resolver de una o de mil maneras. Llamarles por el nombre por el que se reconocen siempre allana complejidades. Han formado un grupo precioso y de momento, vamos encontrando la manera de soslayar el componente económico en cuanto al número mínimo requerido para cubrir costes y tener ganancias, así como a la neurosis social externa de que hay que mostrar algún resultado... Estamos bien y, de momento, ni una crisis pandémica mundial puede con "La hamburguesa", porque como el mundo entero sabe una hamburguesa lo es por sus ingredientes (sean cuales sean) unidos por su pan.

     En el taller de interpretación en el que colaboro, se dan por tanto la noción terapéutica y emocional que recoge Sandoval (2010) dentro de la pedagogía teatral, como hemos mostrado, pero también la noción de aprendizaje no formal de conocimientos o herramientas del arte dramático. Que el vehículo sea el medio por el que conocemos el panorama, interno y externo, no quiere decir que esté reñido con aprender sobre el mismo vehículo con propiedad. Pues tratarlxs como personas profesionales del oficio hace que se esfuercen por dar lo mejor de sí mismxs, suponiendo una herramienta más dentro del método educativo de la pedagogía teatral al servicio del proceso de emancipación; proceso que Sandoval recoge como significativo en su introducción.

* Bibliografía:

Motos, T. (2009). El teatro en la educación secundaria: fundamentos y retos. Revista Creatividad y Sociedad. Nº 14. Diciembre. Madrid.

Sandoval Adán, F. (2010). Pedagogía Teatral una propuesta didáctica cargada de innovación. Chile: UCSC: Programas de Educación Continua. Recuperado de: https://tallerdeexpresionesintegradas.files.wordpress.com/2010/10/pedagogia-teatral-y-didactica.pdf.


* PD: El anterior trabajo de Sandoval comentado en cuanto a contenido, podría ser un buen ejemplo en cuanto a forma; de cómo erratas o faltas de ortografía pueden llegar a desviar la atención del espectador, del contenido a la forma, restándole, posiblemente, profesionalidad o seriedad según para quién. Una penilla, cuando el lector está más entretenido mirando tu camisa mal abrochada, o la falta del uso del corrector de documentos sin importar el léxico del país que vengas, en lugar de tu gran interpretación... Somos como gatos, ea, qué se le va a hacer... Joé macostao mazo entender esto... melo é tení qleer má vezes kun compendío de garrabatadas academisistas (Sirva de botón de muestra).
 


¿Aplausos de sonrisas?

The End

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