¿Por qué incluir el teatro en la educación española?

     Estoy cien por cien de acuerdo con las razones que expone Tomás Motos (2009) para incluir la enseñanza del teatro en la educación secundaria. Aunque es cierto que Motos diferencia entre el uso de la dramatización como herramienta didáctica y enseñar teatro, es decir, enseñar la técnica actoral trasportada a un ámbito más pequeño, que intenta a escala reducida enseñar lo que se hace en las escuelas de Arte Dramático (2009, p.5).

     Cuando Motos habla de enseñar dramatización, se refiere a usar el proceso expresivo que implica al alumnado como parte activa en su aprendizaje (2009, p.8). Según el autor, en la práctica educativa, la dramatización es el proceso y forma de trabajo que conduce al teatro (2009, p.5). Por tanto, aprender el Arte de la dramatización no es sólo aprender teatro, aprender su historia, su literatura, su técnica, su puesta en práctica, sino aprender a vivir, ya que el teatro se basa en lo humano y gira entorno al conflicto (interno, con el otro y con el entorno). Por tanto, usar el proceso expresivo que conlleva la dramatización, supone ofrecer un camino para autoconocerse, conocer al otro, expresarse, relacionarse, entrenar las emociones y crear, por ejemplo (2009, p.9).

     A la vista del artículo de Motos y en mi opinión, todas las competencias que el alumnado de secundaria podría llegar a adquirir aprendiendo dramatización (2009, p.15), no sólo revertirían en su propio beneficio, sino que habría un beneficio colateral a nivel social. Una sociedad compuesta por individuos conscientes de sí mismos y de su entorno, capaces de ser sensibles, asertivos y empáticos promete ser una sociedad inteligente emocionalmente. Y como vislumbran artículos de los últimos años sobre salud, por ejemplo, una sociedad más inteligente a nivel emocional significaría una sociedad más saludable.

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     Luego en conclusión, la dramatización no sólo debería estar integrada en la enseñanza de secundaria, sino empezar ya en la primaria; como sucede en muchos países de Europea (Reino Unido, Países Bajos o Finlandia). Los beneficios de aprender dramatización se verían aumentados de iniciarse en la primaria, pues durante la adolescencia se dan una serie de cambios, mientras que en la primaria se asientan las bases que acompañarán la vida adulta de la persona. Conocimientos básicos de la técnica teatral tan saludables como la propiocepción y la higiene corporal o la escucha interna y espacial podrían ser adquiridos durante la primaria, previniendo problemas de salud o mejorando la vida cívica.

     A este respecto me viene a la memoria la primera vez que pisé la estación de metro de Vitoria Station en Londres. Tenía trece años y ya había estado en estaciones de metro concurridas, en Madrid. Pero aquel día sentí alivio, a diferencia del agobio que había percibido en mis visitas a la capital española. Me fascinó la sincronicidad, la facilidad y rapidez con la que aquella masa de gente entraba y salía del vagón sin chocarse, el estado de consciencia que todas aquellas personas compartían, la alerta y a la vez el civismo. En mitad que aquel río en movimiento, un chico joven llevaba unas maletas de gran tamaño, pesadas; cuando llegó al tramo de escaleras, una persona desconocida que se disponía a subir, al pasar por su lado, cogió del otro extremo la pesada maleta y ayudó al joven a subirla. Otra persona de las que iban en la misma dirección se sumó. La operación se llevó a cabo con la mayor naturalidad, eficiencia y rapidez. Al final de la escalera cada cual siguió su camino al ritmo anterior que llevaba, me dio la sensación que casi ni se despidieron, supongo que lo normal, ya que no se habían saludado. Años más tarde viajé a la India y reconocí los mismos principios y en primer curso de Arte Dramático fueron aquellos mismos principios que observé admirada los que empecé a estudiar. En aquel tiempo caí en la cuenta de que tanto en Reino Unido como en India las niñas y los niños aprenden teatro en el primaria.

     Retomando el artículo de Motos y para acabar, una vez habiendo asimilado los múltiples y variados beneficios que tendría incluir la dramatización en la escuela, la cuestión sería quién estaría capacitado para encargarse de estas enseñanzas. Motos propone formar a la figura del "artista pedagogo" (Motos refiriendo a Laferrière, 2009, p.20), ya que ni los artistas reciben en sus carreras la formación especializada en pedagogía ni los maestros escolares la artística. En principio, esta figura suena ideal, aunque la realidad educativa española es otra. En la actualidad las optativas de teatro y danza en la secundaria son cubiertas por el profesorado de Música o de Lengua Española y Literatura. Tanto las asignaturas de Música como de Dibujo son para gente que ha cursado estudios superiores tanto de música como de dibujo y para ambos itinerarios en el Master de Profesor de secundaria, FP... hay una especialidad para cada una. No siendo la misma realidad para quienes estudian Danza o Arte Dramático a nivel superior.

     Desde la Unión de Actores ya tomaron una iniciativa el año pasado y hay muchos docentes en nuestro panorama educativo sabedores de los beneficios del teatro y que lo implantan en sus asignaturas. Así pues, la pregunta ya no sería ¿por qué incluir el teatro en la educación española?, sino, ¿cómo incluimos el teatro en la educación española?

* Bibliografía:

Motos, T. (2009). "El teatro en la educación secundaria: fundamentos y retos." Revista Creatividad y Sociedad. Nº 14. Diciembre. Madrid.

* Foto personal de intervención social en mercados municipales, de la Asociación RS PYMES.

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